LA CAPOEIRA Y SUS CANTADORES Por Mestre Jean Pangolin
- La rueda
- 23 abr 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 18 may 2018
La musicalidad trae consigo un elemento fundamental en el desenvolvimieto de la capoeira, pues ella es la responsable del encadenamiento ritualístico, la oralidad en la construcción del conocimiento, el “balanço” del juego y por la construcción simbólica de la "atmosfera" de la "vadiación".
La musicalidad nunca será una simple consecuencia fisiológica de la buena articulación entre las cuerdas vocales, los músculos de la cara y el diafragma, pues en la capoeira la complementareidad entre ellos, artículados en un propósito común hacia lo colectivo, supera cualquier perspectiva o habilidad individual, transformando en buen cantador a aquel que más motiva al colectivo a cantar juntos, muchas veces opacando la propia voz de quien convida el canto, o sea, un cantador de "verdad" en la capoeira no es el que mas se muestra, sino el que poyecta el conjunto de la roda en ritual.
El buen cantador no siempre es aquel con la voz más bonita y afinada, no siempre es quien tiene la mejor pronunciación y portugués correcto, no siempre es el que grita más alto....El buen cantador es el que cantando encanta, aquel que consigue captar la magia del momento del juego, haciendo que su canto sea catalizador de una química que eleve a los capoeristas a un "trance" colectivo, que de tan especial nos haga soñar despiertos.
No existe buen juego sin buena musicalidad, pues la organicidad de la roda es un complejo sistema multifuncional, que se asemeja al cuerpo humano, en que cada órgano cumple una función distinta a favor del funcionamiento de todo el sistema para que la vida suceda. Así, tan importante como es el "movimiento", aquello que impulsa, armoniza y califica también debe de ser considerado y practicado, el canto.
Es impresionante como Mestra Boca Rica, cantando casi susurrando, con un único berimbau, se regó por el mundo como un virus positivo de buen capoeragem... impresionante como décadas más tarde, las grabaciones de Bimba, Pastinha, Waldemar, Canjinquinha, Camafeu de Oxossi y otros, todavía encantan, aún sin todos los recursos tecnológicoa actuales.
El mayor desafío de un gran cantador en capoeira será siempre conseguir captar el "cheiro del dende" (el aroma del dende) en una roda, siendo simple y discreto, y traduciendo en la poesía de su canto los mesterios del arte de la capoeira. En este sentido, si usted desea mejorar su canto, le recomiendo que antes de cantar intente oir más, y no oiga cualquier cosa, escuche los sonidoas más elementales producidos por la naturalez, el sonido del mar, la suvidad de las olas, el fluir de las cascadas, el viento en los árboles y el mismo sonido de la lluvia cayendo, perciba que cada sonido está articulado a un contexto específico y complejo, siendo su mayor sentido la conexión con el todo.
Aprenda que el canto también es un aporte al arte de la capoeira, por lo tanto, ser un buen cantador será, sobre todo, tener la capacidad de brindar a los otros lo mejor que tenemos, pues el lamento de la ladainha emociona y eriza al otro, también en la medidad en que el cantador llora y se eriza también antes, incorporando el sentimiento en su cantar. De esta forma, entienda que vivir el momento es más importante que el resultado final, por lo tanto, no se preocupe por el impacto que tendrá su voz en la roda, pero intente vivir junto con sus pares la magia del contexto, esa milésima de segundo en que su canto toca la fibra más tenue del corazón de quien le escucha, haciendo el momento único y especial para todos.
¡Cantemos, pero con el alma!
Por Mestre Jean Pangolin
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